Profesionales
La profesionalidad es una condición que se exige hoy en todo puesto de trabajo, no importa su especie. Actuar profesionalmente no tiene que ver con titulaciones o posiciones de autoridad; tampoco basta con trabajar bien y cumplir el horario; hace referencia a la manera de comportarse ante clientes y colaboradores.
Pueden identificarse algunos rasgos comunes en aquellos que reconocemos que actúan con profesionalidad:
- Fiabilidad: Los demás saben que pueden depender y apoyarse en ellos.
- Competencia: Disponen de los conocimientos y capacidades para hacer bien su trabajo.
- Honestidad e integridad: Dicen la verdad y se muestran consistentes con sus principios.
- Respeto y apoyo a los demás: Los tratan con educación y encuentran tiempo para colaborar con el trabajo de otros.
- Actualización: Se preocupan de mantener al día sus conocimientos.
- Actitud positiva: Dispuestos siempre a resolver problemas y superar dificultades.
- Concentración: No se dispersan en otros temas y ocupaciones.
Estos comportamientos se concretan de manera práctica de muchas maneras y en muy variadas circunstancias cada día en el lugar de trabajo y en la relación con terceros.
En esencia, la actitud profesional se demuestra en la pasión por la excelencia, por dejar huella en todo aquello que se emprende, por aportar iniciativa y compromiso a los proyectos y por asumir las responsabilidades.
En todo lo anterior siempre existe la oportunidad de crecer.