Tu no debes
Que lo hagas todo tu es una pérdida de tu tiempo y una manera de malgastar tu talento. La clave de tu éxito está en el número de cosas que eres capaz de abandonar. Madura y deja de ocuparte de la limpieza, de llevar la contabilidad, de contestar al teléfono, de entregar los productos. Tienes que trabajar menos y liderar más.
Si, pero…
- No me lo puedo permitir. Compara costes. No te puedes permitir gastar tu tiempo en esas tareas. Dejas de hacer tareas tediosas y haces lo que es productivo y valioso para ti.
- Yo lo puedo hacer mejor. No es cierto. Tienes mejores profesionales que tu para esas tareas.
- No me puedo fiar. Si no confías en ellos nadie confiará en ti. Si no puedes confiar, despídelos.
- No está cualificado. ¡Fórmalo!.
- No tengo tiempo para enseñarle cómo hacerlo. Saca tiempo ahora o nunca lo encontrarás.
- No quiero dejar esta tarea porque me gusta. ¿Seguro que es eso lo que te gustaría estar haciendo el fin semana o en vez de estar con amigos? Como no es así, eso es que no te gusta tanto y debes dejar de hacerlo.
- Soy la única persona que sabe cómo hacerlo. Más vale entonces que no te ocurra un accidente… Consigue de inmediato que aprenda a hacerlo otro.
- Se equivocó la última vez y no quiero que vuelva a ocurrir. Quizás se debió a las instrucciones que le diste o las que no recibió. Asegúrate de hacerlo bien ahora, de animar a que haga preguntas, que resuelva dudas…
Construye por tanto una lista de las cosas que no debes hacer. Abandona todas esas tareas improductivas, de baja prioridad, aburridas. Delégalas o elimínalas. Tu productividad aumentará y tu estrés disminuirá.
Como adicto al trabajo que eres sabes que es difícil aceptarlo y ceder el control. Pero no tienes opción.