Ventaja transitoria

ventajaEl concepto tradicional de ventaja competitiva sostenible, aquello que los competidores no son capaces de imitar, es sugerente pero irreal.

Hoy es extraordinario que una empresa detente una ventaja estratégica verdaderamente duradera. Piensa que los sectores cada vez son más difíciles de delimitar, y el comportamiento de clientes y competidores, impredecible.

Los factores condicionantes del cambio, como las nuevas tecnologías, la internacionalización o la disminución de barreras de entrada convierten la estabilidad en una quimera y contribuyen a la complejidad de las decisiones estratégicas.

Carece de sentido, por tanto, perder meses en el proceso de diseño de una estrategia singular y viable a largo plazo. Se precisa lanzar de manera continuada iniciativas estratégicas simultáneas que desarrollen y exploten ventajas competitivas de carácter transitorio*.

Para lograrlo…:

  • Hay que evitar la burocracia y la rigidez organizativas y promover un cambio continuado.
  • Se necesita considerar de forma diferente la estrategia, dotándola de un carácter más fluido, más centrada en el cliente y menos condicionada por los patrones establecidos en el sector.
  • Habrás de definir de manera diferente el terreno de juego competitivo sustituyendo el sector por contextos concretos de interacción con el cliente.
  • Abordarás de modo distinto la innovación y la manera en que se evalúan las nuevas oportunidades.

 

Las ventajas competitivas resultantes, aunque efímeras individualmente, en su conjunto permitirán mantener el liderazgo de la empresa a largo plazo.

 

(*) Concepto desarrollado por Rita Gunther McGrath en The End of Competitive Advantage