Adquirir competencias
La adquisición de competencias, tanto institucionales como individuales, es de una alta prioridad estratégica. Sin embargo, las empresas no suelen tener claro cómo identificar las más idóneas ni la metodología para incorporarlas. Tampoco es sencillo medir en qué medida se van adquiriendo ni cómo asegurar su desarrollo continuado.
La importancia es indiscutible por el impacto que tienen en la consecución de los resultados del negocio. En la actualidad destacan las que tienen que ver con el desarrollo del liderazgo (ver nota reciente) y la atención a los clientes, seguidas de las relacionadas con las funciones de producción y comercialización.
La implantación de un proceso de adquisición de competencias debería contar con estas actividades:
- Diagnóstico. Se han de establecer procedimientos objetivos y sistemáticos para identificar las competencias necesarias, tanto institucionales como personales, y que mayor impacto tengan en el negocio. A partir de este diagnóstico se podrán establecer los programas más adecuados y determinar los objetivos a alcanzar.
- Alineación. Su eficacia depende de su coherencia con los objetivos estratégicos y de ahí nace su prioridad. La amplia implicación en su definición asegura el compromiso de participar en los programas de desarrollo.
- Diseño de los programas. Carecen de utilidad hoy los programas genéricos de formación ofertados a la empresas y tan abusados en los últimos tiempos. Se han de estructurar atendiendo a las características de las personas y las carencias detectadas.
- Metodología. La más recomendable debe tener un carácter variado, incluyendo tanto formación presencial como virtual, individual y de grupo, de conceptos y de experiencias prácticas. Además deberían aprovecharse las nuevas plataformas tecnológicas para hacer accesible la formación en cualquier momento y lugar.
- Evaluación. Para asegurar el impacto de los programas se habrán de establecer medidas e indicadores que determinen el progreso hacia la consecución de los objetivos y resultados esperados.
Carecería de sentido que a estas alturas no estuvieras participando en un programa institucional o personal de desarrollo de competencias.