Innovación en la tienda
El comercio al por menor padece de manera más aguda las consecuencias del cambio del poder desde el vendedor a un comprador bien informado y permanentemente conectado a redes sociales.
Los efectos son evidentes: Suben las ventas pero bajan las visitas a las tiendas. Los que entran a comprar saben a ciencia cierta lo que buscan pues ya lo han decidido en la Red y el resto aprovecha las ofertas de las tiendas virtuales. En algunos países, una parte significativa de las ventas se producen ya desde dispositivos móviles.
Los compradores hoy buscan, consultan, comparan y compran donde quieren y cuando quieren. Esto complica la gestión de las tiendas por la dificultad de predecir la demanda, gestionar las existencias y tener que integrar canales de venta físicos y virtuales. En cualquier caso, la solución pasa por poner al cliente en el centro del negocio y facilitar la relación en todo momento.
Para lograrlo la gestión de la tienda debería considerar:
- Cambiar el funcionamiento de las tiendas para, a través de la conectividad, permitir una mayor capacidad de decisión del vendedor para diseñar las mejores ofertas en el momento.
- Facilitar el acceso a la tecnología móvil y su uso en todos los procesos y localizaciones.
- Integrar las operaciones de todos los canales posibles y que el cliente pueda funcionar en cualquiera de ellos sin restricciones.
- Hacer transparente toda la información acerca de la localización y disponibilidad de las existencias.
- Hacer uso de toda la información disponible sobre los hábitos y preferencias de sus clientes.
- Ser capaz de proporcionar cualquier producto en el lugar y momento apropiados y al mejor precio.
- Dotar de un carácter más social a la experiencia en la tienda, aprovechando para conocer al cliente, aprender de él y aumentar su vinculación
- Acceder a mercados globales en vez de limitarse a mercados locales y tener que pelear con las restricciones que les caracterizan.
Nadie es ajeno a estos cambios ni a la necesidad de afrontarlos de forma innovadora.