Su ego

No suele gustar que a alguien le instruyan sobre lo que debe decir o hacer. El ego se interpone y más cuando ya se cree conocer sobradamente lo que se ha de decir o hacer.

Formula tu sugerencia de tal modo que no ofendas su ego. Reconoce su preparación antes de dar instrucciones concretas. De este modo se sentirán mejor y podrás asegurar que hacen lo que se espera de ellos.