¿Cómo responderás?

Los altos directivos están sometidos a la presión de tener que disponer siempre de todas las respuestas. En situaciones comprometidas y de alto riesgo se les supone obligados a mantener el aplomo y el equilibrio.

Hay personas que ante cualquier tipo de conflicto siempre parecen saber lo que deben hacer o decir. Cuando han de hacer frente a un colaborador díscolo, a un cliente enfadado o en medio de una negociación tensa con un competidor, se muestran seguros de cómo comportarse. Se mantienen tranquilos y sin enfadarse.

Si dispones de la necesaria inteligencia emocional, serás capaz de controlar tus emociones y elegir la respuesta apropiada. Para lograrlo habrás de acostumbrarte a actuar bajo presión. Necesitas la fortaleza mental para resistir en condiciones incómodas. Para ello:

  • Practica. Sitúate en situaciones y experiencias en las que puedas practicar el modo de responder.
  • Acepta el fracaso. Cuando tienes que hacer frente a situaciones para las que no tienes respuesta, las posibilidades de equivocarte son elevadas. Aprende de ellas de modo que puedas actuar con más tino la próxima vez.
  • Ensaya. Experimenta con situaciones en las que se produzcan interrupciones, sorpresas y alboroto. Te será de ayuda para cuando tengas que hacer frente a lo inesperado o desconocido.
  • Resitúa las cosas. Aborda la presión de manera positiva y desde una posición distinta. Reconoce que no tienes la respuesta ahora pero que vas a buscarla.
  • Abandona la zona de confort. Averigua cómo respondes bajo presión en situaciones reales, busca oportunidades en circunstancias incómodas.