Enjaulados
Muchas personas pasan la vida enjauladas, ya sea en su pasado o en las expectativas de otros. Nunca se aventuran en lo desconocido ni tratan de romper las barreras que otros o ellos mismos se han levantado. Su identidad está atrapada en una jaula estrecha que encierra sus convicciones acerca de lo que son capaces.
Sus «cuidadores» determinan la imagen que deben presentar al mundo. Les convencen para que sigan el comportamiento esperado a cambio de ser aceptados. El resultado final inevitable es que su comportamiento se acomoda a las recompensas externas y aceptan esa realidad como normal. Toda su existencia es una proyección de los deseos de los demás y jamás se preguntan lo que realmente quieren.
Sólo hay dos maneras de salir de la jaula. La primera cuando la casualidad del destino destroza esa confortable realidad y rompe la jaula para bien. El segundo modo, el deliberado, requiere un tremendo esfuerzo personal. Sucede cuando se decide superar el miedo a ser rechazado y se descubre que hay vida más allá de esa jaula que otros han construido. Esto tiene lugar cuando se diseña un destino diferente: se elige conscientemente una nueva imagen y tipo de vida, y se lucha por hacerla realidad alineando la manera de pensar y el modo de comportarse.
La puerta de la jaula está abierta. ¡Sólo hay que empujar con fuerza!