Igual sí puedes

Ante determinadas circunstancias tienes claro que debes descartarte. Tu experiencia pasada te dice que no puedes aplicarte a algunas cosas: No hablas bien en público, no escribes bien, no eres buen comercial, se te dan mal las relaciones sociales, no tienes condiciones para…

Lo tienes tan claro que cuando se presenta la ocasión simplemente renuncias a prepararte adecuadamente. De antemano das a conocer tu incapacidad para así ganarte la condescendencia de los demás.

Pero tienes otra opción, porque igual sí puedes hacerlo bien si te pones a ello. ¿Cómo…?

  • Siendo consciente primero de ese estado mental de derrota anticipada. Porque lo que das por hecho igual no se sustenta en una realidad bien establecida.
  • Poniendo por escrito y analizando en detalle esos pensamientos negativos.
  • Estudiando cuánto hay de verdad en esa actitud y cuánto procede de una percepción condicionada por el miedo a fracasar.
  • Reconociendo los elementos positivos con los que sin duda cuentas y que puedes poner trabajar en tu favor.

Elige entonces abandonar esa actitud victimista y actúa en la forma conveniente. No caigas en la trampa y asume el control. El resultado, en cualquier caso, será siempre mejor de lo que habías imaginado y dará origen a una espiral de superación.