Preocupaciones

¿En qué piensas que estás tan preocupado…? Porque toda preocupación nace siempre de tus pensamientos más que de realidades.

Si eres honesto con esa idea que está causando la preocupación, y la ponderas y la observas desde diferentes ángulos, verás que pierde fuerza porque carece de credibilidad.

La hipótesis, y la preocupación, de no ser capaz de manejar una determinada situación se disuelven si consideras todas las circunstancias similares de las que has sido capaz de salir airoso anteriormente. De una manera o de otra has podido superar cualquier problema que la vida te ha planteado. Por tanto, no debe preocuparte eso que temes que ocurra y que aún está por llegar.

Observa la diferencia. Es más tolerable pensar en la incomodidad asociada a algo te pueda llegar a ocurrir, que dar por seguro que no podrás hacer frente a eso que te podría suceder.

La imaginación juega siempre malas pasadas. Cuando algo parece difícil de hacer o se acompaña de incertidumbre, esa sola idea genera inquietud y se hace sumamente incómoda.

Cuando se cuelen esos pensamientos en la cabeza, te compensa ponerlos por escrito y confrontarlos una y otra vez porque se demostrará que no son verdaderos.

Prueba y descúbrelo.