Derechos de propiedad intelectual
Una de las aplicaciones más obvias de la tecnología Blockchain es la del registro de la propiedad intelectual para catalogar y almacenar trabajos originales.
Hay países, como el Reino Unido, que no disponen de registros oficiales, por lo que los autores no tienes fácil registrar la propiedad de su obra.
La dificultad estriba en demostrar la autoría y saber quién está haciendo uso del propio trabajo. Tampoco terceras partes tienen fácil saber a quién dirigirse para licenciar el uso de esas obras. El resultado es que los autores no pueden luchar contra el mal uso de las mismas ni obtener ingresos económicos por ellas.
Un registro de la propiedad intelectual basado en la tecnología Blockchain ayudaría a clarificar la autoría para propietarios y usuarios. Al quedar registradas sus obras en la cadena de bloques, sus autores pueden disponer de una prueba irrefutable e inalterable de su propiedad como resultado de las características propias de esta tecnología, cuyos registros son infalsificables, inmutables y perennes. Adicionalmente, la información contenida en esos registros puede proporcionar la trazabilidad de la obra en los casos en que las obras se vendan o licencien a terceros. Los autores disponen así de un certificado digital, que demuestra la autenticidad y que permite perseguir abusos.
En la actualidad cuando un autor sube su obra a Internet, se hace extremadamente difícil tanto mantener el control sobre la misma como realizar un seguimiento de su uso. Con Blockchain, una vez las obras han sido registradas y verificadas, los autores pueden investigar a través de distintas fuentes quien está usando su trabajo y así identificar e impedir cualquier mal uso, o licenciarlo, si lo desean.
Además, buena parte del abuso no parece ser mal intencionado, sino que resulta de la dificultad para conocer al autor y obtener la licencia a unos precios razonables. Esta tecnología puede hacer más accesible el uso de las obras al reducir el coste de las transacciones y ampliar su disponibilidad y accesibilidad, facilitando la relación directa entre autores y usuarios.
El uso de los smart contracts ayuda a la venta y licencia de esos derechos de propiedad. Estos de programas de ordenador facilitan, ejecutan y obligan el cumplimiento de las condiciones en ellos establecidos. Dichas cláusulas están pre-programadas por lo que las partes implicadas operan sin incurrir en nuevas cargas ni costes administrativos.
Dichos contratos formularse de forma que queden ligados a micro pagos por el uso de contenidos de autor. Estos asignan una dirección de bitcoin a una obra, lo que permite que los usuarios hagan pequeños pagos al autor en compensación por su uso. El autor se ve así remunerado sin tener que pagar los elevados costes de transacción de los sistemas financieros. Se trata, por tanto, de un sistema más simple y transparente que las opciones actualmente existentes.
Muchos países ya reconocen la utilidad del Blockchain como un registro público y promueven su uso (Estonia, Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Japón, Brasil, Dubái, …). La Unión Europea se mueve en la misma dirección y se empieza a dar fuerza legal a la información contenida en los registros de la cadena de bloques.
Fuente: BlockTac