Los críticos

Que afirmen cosas desagradables, maliciosas o falsas sobre ti, no te tiene que gustar, pero debes asumirlo como parte del camino hacia el logro de tus objetivos. Quienes así actúan no deben conseguir nada más allá que proporcionar una motivación adicional a quien pretenden menospreciar.

El verdadero peligro de los que sólo saben criticarte radica en que puedan hacerte descarrilar. Has de ser capaz de superar las dudas y confusión que te generarán o de otro modo te anularán. Asume sus quejas como indicadores de que estás en el buen camino. De hecho, sus críticas ayudan a promover tu nombre y tu marca; no les gustará lo que haces, pero desde luego que no les dejas indiferente y te dan conocer. Y aún arreciarán más cuando vean que haces posible sus imposibles.

No podrás desarrollar una iniciativa verdaderamente relevante si te mantienes dentro de los márgenes que otros establecen. No puedes estar preocupado porque te concedan el premio a la popularidad o por llevar a cabo lo que la mayoría te sugiere, sino sorprendido por las limitadas aspiraciones de esos que dedican más tiempo a hablar que a hacer.

Cuando vean que no les escuchas, se irritarán. Pero te has de sentir seguro, de forma que no les atiendas cuando pretendan confundirte y desviarte. Utiliza sus observaciones como acicate para llevar a cabo lo que crees que debes hacer. No luches contra ellos y mucho menos trates de reducir tus aspiraciones. No tienes que buscar su permiso ni su aprobación, ni esperes que que te propones alcanzar les suene bien.

Entra sin pedir permiso, crea nuevos entornos, explora ideas, traspasa barreras, desafía lo convencional, y sal habiendo redefinido todo.