Reflexionando

Lo lógica señala que repetir las mismas acciones conduce a los mismos resultados. Sin embargo, son muchas las personas que se aferran a hacer lo que siempre han hecho esperando conseguir unos resultados diferentes.

Esto sucede porque nunca dedican el tiempo necesario a reflexionar sobre las razones de su falta de eficacia y cambiar de sentido. Pero quienes cuentan con la suficiente madurez emocional son capaces de evitar esa trampa. Cometen errores, como todos, pero no se resignan hasta haber aprendido de ellos.

La reflexión transforma la experiencia en inteligencia. Actuar así te ayudará a crecer, a ser más sabio. ¿Cómo puedes lograrlo…?:

  • Evalúate. Reserva un momento al final de cada día para preguntarte qué errores has cometido.
  • Piensa en ti. Mírate a ti mismo y descubre lo que debes cambiar. No te excuses en los demás o en las circunstancias y aprende de tus errores.
  • Habla contigo. Es tu principal conversación y la de más impacto. Te obliga a mantenerte positivo y a poner el esfuerzo que te llevará a ser la persona que deseas.
  • Reorientate. Ponte en la dirección adecuada para evitar caer en los mismos errores. Haz la lista de cosas que te pondrán en el camino correcto.
  • Actúa. No acarrees esa lista de intenciones por mucho tiempo y ponte de inmediato a la acción.

Esta reflexión disciplinada es lo que te mantiene honesto contigo mismo. Nadie produce nada de interés si no es completamente sincero consigo mismo.