Sin vacilar
La indecisión es la marca distintiva de los directivos inútiles.
Los buenos directivos, por el contrario, son conscientes que tomar decisiones sin retraso reafirma su autoridad. Las decisiones claras facilitan a sus colaboradores el conocer lo que deben llevar a cabo. Contestarles con un “si” o un “no” directos, y el responder de inmediato, es particularmente eficaz. Si la respuesta a una petición o sugerencia es un “si” se podrán poner en marcha para implantarla de inmediato. Si la respuesta es un inequívoco “no” se dedicarán a otros asuntos.
Como directivo dispones de tres armas: El “Si”, el “No”, y el “No lo sé”. Úsalos, sin vacilar. Siempre puedes cambiar de opinión más tarde. Eso no les importará. Lo que sí les molestará son esos dos agonizantes minutos sin repuesta cuando sólo te preguntaron: ¿Puedo marchar ya…?