¿Todos contra ti?

No te autocompadezcas. Ciertamente es exagerado, ¡no eres tan conocido…!

No puedes quejarte y al mismo tiempo liderar con eficacia. Raramente se dan a la vez el lamentarse por los contratiempos y avanzar en la dirección adecuada.

La mayoría de las molestias de la vida sólo merecen ser ignoradas. Eso no significa desdeñar o negar el enojo que ocasionan. Cuando causen un dolor grave habrá que afrontarlas directamente. Pera la capacidad de resistencia se desarrolla según el modo en que se aprenda a distinguir entre las contradicciones que hay que olvidar y aquellas de las que hay que ocuparse. Tratar a todas por igual y lamentarse todo el tiempo te convierte en un quejica.

En cualquier circunstancia puedes preguntarte qué es lo peor que te puede ocurrir. Si te prepararas para aceptarlo, puedes tener la seguridad de recuperarte. Si ocurre lo peor, sabrás qué hacer, y si no resulta tan grave como esperabas, tanto mejor.

El modo en que respondes a las dificultades te hace singular. Tu decides cómo responder ante lo que no funciona; si dejas que te rompa y arruine tu actitud, o si optas por sacar lo mejor de la situación.