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Cómo generar innovación en la empresa
Aquí tienes algunas acciones que pueden ayudar.
En primer lugar, dedicar recursos: personas, tiempo, dinero, patentes. Suena lógico pero son pocas las empresas que invierten en estas áreas. Se escudan en diversas razones: «No tenemos tiempo para pensar en el futuro; de momento tratamos de sobrevivir…» Un exceso de prudencia y otras prioridades más inmediatas, terminan por anular o retrasar la innovación. El resultado es que los recursos se agotan, y los productos y procesos envejecen.
En segundo lugar, se han de asumir riesgos. Esto supone moverse en la frontera de la incertidumbre y lo desconocido, apostar por nuevas ideas y tecnologías que a corto plazo podrán no dar resultados, pero cuya repercusión a medio y largo plazo podría ser decisiva.
En tercer lugar se ha de cambiar la manera de pensar. Se han de abandonar las ideas tradicionales del diseño de los negocios y pensar en nuevos modelos con opciones innovadoras que imaginan un futuro distinto y señalan cómo alcanzarlo. Estas nuevas ideas se inician la mayoría de las veces en la mente de los clientes.
Además está la gestión de la innovación. La falta de autonomía de los colaboradores, estar excesivamente encima de ellos, puede matar la innovación. Se ha de crear un entorno adecuado en el que puedan prosperar ideas originales que acaben en nuevos productos y servicios. Una dirección eficaz es la que proporciona una orientación estratégica clara, constante y frecuente, y recompensa adecuadamente la creatividad.
Por último, se ha de premiar, en todos los niveles de la organización, la innovación y la valía de las personas. Una manera de hacerlo es mediante mejoras económicas y la promoción en la carrera profesional. Pero una motivación aún más poderosa y duradera es la de promover el esfuerzo común y la unidad de la organización.