En muchas ocasiones he hecho referencia a la actitud de servicio hacia los demás, independientemente de si la reclaman o la reconocen. Hoy escribo para los beneficiarios de esas ayudas con la intención de que despierten y cambien de actitud.
En las últimas semanas he sido testigo de muchos casos de gente dispuesta a ayudar y de beneficiarios que no realizaban el esfuerzo mínimo necesario para recibirla o aprovecharla. Por ejemplo, una directora preocupada por la formación de sus colaboradoras, les facilita el camino para realizar los estudios que les permitirían alcanzar la titulación que desean. Y, después de varios intentos, la apatía de las propias beneficiarias les hizo incapaces de rellenar la solicitud de admisión.
Parece que quienes tienen trabajo son los que han de buscarlo para quien no lo tiene; que quienes disponen de formación la han de proporcionar a quienes carecen de ella; que quienes ganan dinero lo han de entregar a quienes les falta. Todo eso está bien, pero observo con demasiada frecuencia que quienes reciben esa ayuda no hacen nada para merecerla ni agradecerla.
Mi impresión es que la salida a esta situación de crisis se ve afectada por esa misma actitud apática que lleva a esperar que otros emprendan las acciones que nos devolverán a la normalidad.
Los que ayudáis, a seguir haciéndolo. Y los que esperáis recibir, por favor, sacudiros la pereza y poneros en marcha.
3 Comentarios
Dic05
Carmen Olarreaga
Hola Paco,
Totalmente de acuerdo. De lo que has escrito creo que hay 3 palabras que, bajo mi punto de vista, son la clave para explicar mucho de lo que está ocurriendo: «nada para merecerla».
Seguro que me entiendes perfectamente, pues lo verás cada día y te vendrán a la cabeza tantos nombres!!!
Yo aplico mucho aquello de: no les des peces… dales una caña y enséñales a pescar
Dic07
Marta Diez-Rábago
Me sigo haciendo la misma pregunta ¿es un problema de actitud o de capacidad?, en el primer caso dan ganas de rendirse, de dejarlos morir en la orilla, pero…¿y si es un problema de capacidad?, entonces seguiré empujando a mi gente, ayudandoles a capacitarse, igual algún día me sorprenden y son ellos quien me lo solicitan, o incluso me empujan a mi. De verdad que ese sería mi deseo. Pero, lo tengo claro, ante la duda creo que mi obligación es seguir liderando y parte del liderazgo es la entrega, ¿estaré equivocada?.
Dic08
Paco Guillén
De acuerdo 100% con la responsibilidad de quien ha de liderar. Y esta incluirá, llegado el momento, tomar alguna decisión respecto a la participación en un proyecto de común de quien no aporta su granito de arena. Lo que puedes medir son los comportamientos y si no se alinean, mandan un mensaje muy claro.
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Hola Paco,
Totalmente de acuerdo. De lo que has escrito creo que hay 3 palabras que, bajo mi punto de vista, son la clave para explicar mucho de lo que está ocurriendo: «nada para merecerla».
Seguro que me entiendes perfectamente, pues lo verás cada día y te vendrán a la cabeza tantos nombres!!!
Yo aplico mucho aquello de: no les des peces… dales una caña y enséñales a pescar
Me sigo haciendo la misma pregunta ¿es un problema de actitud o de capacidad?, en el primer caso dan ganas de rendirse, de dejarlos morir en la orilla, pero…¿y si es un problema de capacidad?, entonces seguiré empujando a mi gente, ayudandoles a capacitarse, igual algún día me sorprenden y son ellos quien me lo solicitan, o incluso me empujan a mi. De verdad que ese sería mi deseo. Pero, lo tengo claro, ante la duda creo que mi obligación es seguir liderando y parte del liderazgo es la entrega, ¿estaré equivocada?.
De acuerdo 100% con la responsibilidad de quien ha de liderar. Y esta incluirá, llegado el momento, tomar alguna decisión respecto a la participación en un proyecto de común de quien no aporta su granito de arena. Lo que puedes medir son los comportamientos y si no se alinean, mandan un mensaje muy claro.