¿Debo gestionar a mi jefe?
Ni se te ocurra. Digamos que no es tu misión dirigir a tu jefe ni el trabajo que debe hacer. Pero si es conveniente que sepas que tienes un compromiso implícito con él. Consiste en ayudarle, prudentemente, a que pueda destacar en la aplicación de sus propias capacidades.
Además, hacerlo es clave para tu propia eficacia. Le estarás ayudando a centrarse en su propia contribución y en la obtención de los logros que sus superiores esperan de él y que él mismo desea conseguir.
Olvídate de intentar reformarlo. Ocúpate más bien de averiguar en qué es bueno, por qué cosas ha destacado anteriormente, qué puedes hacer para que sus aptitudes se pongan de manifiesto, y cómo puedes ayudarle a mejorar su desempeño.
Presta atención también a su propio estilo, a su manera de hacer las cosas. Ayudarle tiene más que ver con el “cómo” que con el “qué”. No es difícil por tanto. Te has de centrar en sus aptitudes y en lo que puede llevar a cabo y de este modo sus posibles limitaciones serán menos relevantes.
Pocas cosas encontrarás que te hagan destacar más personalmente que ayudar a la mejora de la contribución realizada por tu jefe para la organización.
Si prefieres no hacerlo…, ¡cambia de sitio!
Buenos días Paco, lo que expones en el Blog de hoy lo entiendo y comparto en función del momento temporal en que se encuentre la relación «jefe – colaborador» y de la evolución que esté teniendo la misma . Es decir, pienso que esta concepción de la relación que se propone es deseable y posible, por una parte, en el momento inicial de la relación, ya que se supone que estás apostando por ella y, por otra parte, cuando la relación ya está suficientemente establecida y es razonablemente satisfactoria, lo que no quiere decir que sea perfecta y que no necesite consolidarse más.
Sin embargo, me surge el interrogante de ¿cómo sería posible compatibilizar lo apuntado en este Blog con lo indicado en el Blog del 24 de febrero «Desobedece con inteligencia»? http://www.blandi.org/fguillen/2012/desobedece-con-inteligencia/
Supongo que, como en muchas otras cosas de la estrategia de empresa, la solución tenga bastante que ver con el «arte» para ser capaz de hacer ciertas cosas importantes.
Finalmente, dices: «Si prefieres no hacerlo…, ¡cambia de sitio!». Creo que es evidente, pero pienso que en ocasiones quizás no es tanto cuestión de «preferir» como de tener que «rendirte ante la evidencia». ¿o una mezcla de todo?… Bueno, seguiré dándole una vuelta al tema, porque es importante y no me resulta sencillo.
Paco muchas gracias y un abrazo
Hola Antonio. Gracias por la observación.
Según yo lo veo, la diferencia entre las dos notas está en con quién (o contra quién) se actúa. En esta, la relación es con el jefe y, cuando no hay acuerdo, la propuesta es no tratar de gestionarlo sino ayudarle a hacer su trabajo; ese puede ser el camino para acabar resolviendo diferencias. En la nota de la “desobediencia inteligente” la actuación es contra una norma, seguramente ya caduca pero aún operativa. En ambos casos, lo que guía la decisión de cómo actuar es el bien de los demás, de la organización, y no el propio.
http://mentoringempresario.blogspot.com.es/2008/07/la-empresa-bipolar_11.html
Ese enlace me lo pasan X e Y quienes trabajan en la organización que administra Z, cercano a mí, aunque no geográficamente, para que se lo haga llegar, igual que en otras cuestiones en que yo paso,voluntariamente, escritos como apoyo.
Todo se intenta justificar hoy tratándolo como patología y eludiendo reonsabilidades.
De mi respuesta extensa repoduzco el final aunque largo y copio el enlace tuyo Paco y se lo paso a X e Y ya mismo. Gracias
«…Si a eso se le añade que aún cree en la palabra y en la gente, porque así le educaron y es, se llega a la conclusión de que no se está hecho para hoy. Tiene, por tanto, que hacer un ejercicio de reeducación si quiere la supervivencia individual y empresarial.
Hasta hace cuatro o cinco años parecía funcionar todo. Nunca se cuestionó nada. El más perseverante triunfaba. Las circunstancias favorecían a la persona formada, emprendedora y trabajadora. Se cerraba una puerta y se abrían otras y eso resultaba motivador a pesar de las zancadillas. Los que dependíamos de la empresa, el stress puntual no nos atenazaba, hasta venía bien un poco de emoción que servia de estímulo motivador.
Por el cariño y respeto que os muestra y la capacidad de aguante y reacción que tenéis todos, ¡debéis de creer en él y sacar el tema adelante, es obligación de todos vosotros, igual que él sabe, que caer, puede caer, pero que está obligado a levantarse!. Y si le veis bajo ¡animarle!, otro día le tocará animaros a vosotros. Son muchas cosas y muchas las que calla y no por malas sino por no agobiar, aunque debiera de soltar y soltar.
Respecto al artículo, me vale hasta para mí y seguro que hasta vosotros os identificáis en algo. Lo tengo reciente el tema por F y hasta J decía que algo teníamos los demás…je, je, je. La palabra estaba de moda. Hasta que alguien dijo ¡Tonterías!. Ahora hablamos de la necesidad de mostrar el cariño y la confianza, del abrazo…
Hoy se tiende a basar la responsabilidad en el líder. Se determina el éxito o fracaso, más por sus hechos que por el entorno. Se entiende que debe ser capaz de estar adaptándose continuamente a los cambios, motivando a la organización, reinventando, alineando la organización a la estrategia, evaluando, corrigiendo desviaciones…Si algo falla es que el liderazgo está mal ejercido y hay que buscar las causas de un mal funcionamiento en él. ¡Vamos, que se le exige tener un cierto poder divino!. ¿Y los demás?.
Creo que tú X llevas el tema de RRHH desde el aspecto, no administrativo, sino de desarrollo de las personas. Igual te corresponde a tí hacer con Z un poco de coaching. Je, je,je … Hay que procurar el equilibrio personal y profesional de todos, incluido Z. Sois equipo y a la vez personas… El rol de mentor quizás os toque a vosotros, X e Y cuestionando sin cuestionar, apoyando, reeducandoos todos, animando, fomentando la comunicación..
Nada vale para hoy. Ni las teorías mas avanzadas han sido capaces de encontrar respuestas, eso sí, culpabilizar lo hacen muy bien. ¡Que ser, puede ser verdad, pero saberlo no sirve si no viene acompañado de respuestas!. ¡Mucho sabiondo y no por saber sino por presumir saber, y salir en prensa!.
El país está como está y los demás decidimos a qué lado colocarnos, solo hay que tenerlo claro y asumir las consecuencias trabajando para el bien común. Nadie dijo que la vida era fácil. Positivemos los acontecimientos. Ah y no miremos atrás, ¡Sólo para coger impulso!. A veces las cosas son mucho más simples. Si yo no llego a final de mes tengo un problema y eso puede angustiar, pero, si de mí dependiera toda la gente que depende de Z… ¡socorroooo!.
Gracias por querer así a Z y buscar un porqué, aunque como alguien dijo «¿Qué culpa tenemos si nos dibujaron así?.