Eficaces tomadores de decisiones

El deber de todo directivo es el de ser eficaz. De él se espera que lleve a cabo lo que es correcto. Sin embargo, si bien es habitual encontrar directivos inteligentes, con grandes conocimientos e imaginación, los propiamente eficaces suelen brillan por su ausencia. Parece que nadie les ha explicado que su perspicacia sólo se traduce en eficacia mediante su aplicación a un esfuerzo intenso y sistemático. La inteligencia, la imaginación y el conocimiento son recursos esenciales pero sólo la eficacia es capaz de convertirlos en resultados.
 

Del trabajo manual nos interesa la eficiencia, lo que puede entenderse como la habilidad de hacer bien las cosas. Estos es distinto de la habilidad de hacer lo correcto, es decir, de hacer las cosas que se han de hacer.

En las organizaciones actuales, la mayoría de los empleados trabajan con sus conocimientos, más que con sus habilidades manuales. Esto hace que los sistemas de control desarrollados para los trabajos predominantemente manuales no sirvan para evaluar a los profesionales. Para determinar su eficacia debemos fijarnos en si el trabajador está haciendo lo correcto, lo que se ha de hacer, lo que es apropiado.

Tradicionalmente, en la formación de directivos se ha prestado poca atención al desarrollo de la eficacia, cuando ésta podría considerarse como la tecnología propia a utilizar por quienes trabajan con sus conocimientos. Es importante caer en las siguientes consideraciones:

  • A los profesionales actuales no se les puede supervisar estando muy encima de ellos. Sólo se les puede ayudar. Son ellos quienes deben ser capaces de dirigirse a sí mismos para poder ofrecer su mejor contribución y alcanzar su mejor desempeño, esto es, ser eficaces.
  • Conseguirlo es importante. Su motivación depende de su capacidad para ser eficaz, para alcanzar determinados logros. Si no es eficaz, su compromiso con el trabajo y su capacidad para hacer aportaciones decaerá rápidamente.
  • Hoy día, en las empresas, todo profesional es propiamente un directivo. Por su posición o conocimiento está preparado para tomar decisiones, dispone de autoridad, y es responsable de contribuir a la capacidad de su empresa para obtener resultados. Su aportación tanto puede ser diseñando un nuevo producto como aumentando la cuota de mercado.
  • El trabajo de un profesional no se evalúa por su cantidad ni por su coste, sino por sus resultados.  Ni el que sean muchos los que trabajen en un equipo ni la complejidad de las tareas que realizan aportan mucha luz. Lo determinante de los profesionales es que cada día tomen decisiones que tengan impacto significativo en el desempeño y en los resultados de su empresa.

 

¿Eres consciente de las decisiones que cada día toman las personas que trabajan en tu organización y que pueden ser importantes e irreversibles? ¿Su contribución individual es adecuada?