El cambio de la innovación (2)

Sigo hoy con la consideración de la naturaleza del cambio que acompaña a toda innovación. De su comprensión se sigue una mejor gestión del proceso de innovación y más posibilidades de lograr su adopción.

Bajo la apariencia caótica que tiene todo proceso de cambio, puede encontrarse un patrón que se repite. Toda innovación evoluciona en cinco fases; parte de una situación de rigidez y descontento y va seguida de otras cuatro fases hasta que vuelve a alcanzar de nuevo el estado de rigidez. Vamos a repasar de manera general cada una de estas fases, empezando hoy con tres de ellas:

 

Fase de descontento

La innovación nace en un entorno se ha vuelto rígido y carente de vida. Se trata de situaciones de bloqueo en las que la energía está atrapada dentro del sistema que mantiene inamovible, incapaz de liberarse por sí mismo. Los frenos están representados por el conjunto de actitudes, hábitos, maneras de ser y de pensar, que hacen que a la organización solo le interese mantener el estatus quo. No se puede responder con  rapidez a retos y oportunidades.

Una organización en este estado no puede avanzar a menos que reconozca su situación de bloqueo. El cambio sólo tiene lugar cuando alguien desde una posición de liderazgo, comprometido con una nueva visión, es consciente de no poder alcanzarla desde el estado en que se encuentra y decide romper con la situación de bloqueo.

 

Fase de imaginación

La innovación empieza a tomar forma cuando un individuo o un grupo de personas son conscientes de estar atrapados y desarrollan un plan para alcanzar un futuro distinto. Son los primeros en reconocer que lo que parecía imposible puede llevarse a cabo. Imaginan nuevas opciones estratégicas y tratan de difundirlas en la organización mediante el diálogo, con el objetivo de modificar la misión, aspiración, valores y creencias de la misma. En esta fase existe el riesgo de que estos promotores de la innovación lleguen a perder su energía si se ven superados por la masa de quienes desconfían del cambio.

 

Fase de desarrollo

En ella el promotor de la innovación debe acumular recursos, convencer a otros de su visión, evitar el caer en la complacencia antes de que la organización esté lista para mostrar su nueva estrategia y hacerse con su nuevo futuro. Esta fase requiere extrema dedicación y fe porque el avance suele ser muy lento. El esfuerzo que hay que poner es desproporcionado para los resultados que se obtienen y muchos innovadores acaban por rendirse antes de tiempo. Pero si perseveran, sus iniciativas serán aceptadas por los seguidores y harán avanzar la innovación a la siguiente fase.

 

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