Fase de latencia

Para comprender el proceso de cambio que debe atravesar toda innovación continuo hoy con una nueva fase (ver las anteriores: Bloqueo, Imaginación)

Es la fase que trata de convertir la idea en una realidad. Es la más crítica y dónde muchas iniciativas fracasan. Toda la energía invertida no se acompaña de resultados. Es un período largo en el que las ventas no crecen, los clientes no compran, y a nadie parece interesarle tu innovación. En estas circunstancias muchos innovadores optan por abandonar.

Al igual que en la naturaleza, el que no se vean los frutos en la primavera no significa que no haya vida y crecimiento. Pero a diferencia de ella, sólo la perseverancia no basta. Necesita que haya quien comprenda tu estrategia y la apoye. Para lograrlo necesitas de compañeros, socios y clientes.

  • Has de convencer a tus compañeros en tu organización para que adopten tu innovación. Si no lo hacen te habrás de buscar una nueva organización.
  • Has de convencer a unos socios clave, como proveedores, fabricantes, y distribuidores para que te apoyen y ayuden a introducir tu innovación.
  • Has de convencer a clientes para que la prueben y la den a conocer.

 

Para lograr su cooperación has de superar unas resistencias que son mentales más que físicas. Las has de identificar y mirar de contrarrestarlas. Se suelen encontrar en  los siguientes ámbitos, aunque no necesariamente se presentan dificultades en todos ellos a la vez. Hoy mencionaré tres de ellos:

  • Los principios. Si la innovación choca con los principios que prevalecen en la gente has de modificarla para que no entre en contradicción o bien hacer ver la incongruencia de esos principios.
  • La lógica. Todo innovación suele representar una cierta incongruencia con la lógica dominante. Se necesita de la creatividad para hacer ver que tu innovación es compatible con los modelos lógicos naturalmente aceptados, lo que reducirá posibles resistencias.
  • Las obligaciones. La adopción de tu innovación no puede ir contra las obligaciones derivadas de responsabilidades individuales, organizativas y sociales. Si se dieran esos conflictos habrías de mostrar que no les afectan por estar referidos a un orden superior.

 

Pensemos en una innovación sencilla, este caso profesional, que pudiera encontrar resistencias en esos tres ámbitos; por ejemplo, la del teletrabajo o realizar tus tareas desde casa.

  • Podrías enfrentarte a la creencia de que uno solo, sin supervisión, no es capaz de ser productivo. Más que confrontar esa creencia compensa admitirla y mostrar que se controla la productividad por el seguimiento informático de las actividades y de los resultados obtenidos.
  • También podrían decirte que tu contrato es para trabajar en la empresa X localizada en la ciudad Y. Pero la lógica de ese contrato no está en la definición de un puesto físico de trabajo sino la realización de unas tareas específicas que bien podrían realizarse en otro lugar.
  • Finalmente, podría pensarse si trabajar a distancia en algún modo entra en conflicto con las obligaciones a cumplir por tus colegas o jefes directos. Les puedes tranquilizar con la autorización del departamento de Recursos Humanos para trabajar desde casa.

 

En la próxima nota veremos otras posibles resistencias y el modo de afrontarlas. Mientras tanto repasa el modo en que se comporta tu innovación con respecto a unas resistencias como las que hemos visto hoy.

 

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