La implantación de la estrategia es probablemente el reto principal de la actividad directiva. En pocas organizaciones se lleva a cabo de manera correcta y es más consecuencia de un arte o intuición que de una ciencia. En pocos casos pueden señalarse empresas que tengan un proceso de ejecución de la estrategia que esté bien definido, documentado, comunicado y puesto al día.
Definir una estrategia es sencillo: se reúne información relevante, se organiza una reunión de trabajo con directivos, se ordenan las ideas, se establecen objetivos y algunos planes de actuación. Pero el final de este proceso coincide de nuevo con el trabajo diario y los asuntos urgentes; y lo importante entonces se olvida.Que la estrategia sea buena es más complicado, requiere el dominio de conceptos y metodologías apropiadas e incorpora mecanismos para asegurar su ejecución.
Algunas sugerencias para poder conseguirlo:
Centrarse en unos pocos objetivos estratégicos.
Identificar los indicadores adecuados que miden el avance hacia la consecución del objetivo.
Establecer prioridades en las iniciativas a desarrollar para lograr los objetivos.
Poner en marcha programas que generen resultados.
Comprobar los avances en relación a las metas establecidas.
Nada nuevo bajo el sol. Lo determinante, una vez más, no es saber lo que hay que hacer, sino llevarlo a cabo. Aquí necesitamos la capacidad de los directivos para realizar con eficacia lo que se espera de ellos, es decir, que hagan lo correcto.
Y cada día lo mismo…
4 Comentarios
Feb14
Enrique Esteve
Medir es imprescindrible para dimensionar los problemas.Un vez obtenidos los resultados, con las sugerencias que indicas, y con objetivos siempre en el punto de mira, contancia y actitud frente a las desviaciones posibles.En realidad, nada nuevo..pero siempre del dicho al hecho hay un buen trecho.Habilidad para dirigir, que tampoco es fácil.
Feb17
Conchi
¿Significa, dicho de otro modo, que en cualquier campo sea cual sea, porque todo suele ser extrapolable, es necesaria una declaración de intenciones seguida de una acción. Y dado que toda acción genera una reacción que no siempre es la esperada, debemos ser capaces de reaccionar a tiempo y corregir las posibles desviaciones y redirigir las acciones al objetivo inicial?.
Ser capaz de hacer lo correcto, es un valor subjetivo, y me pregunto qué parte de acierto previsible tiene y que parte corresponde a ese cualidad visionaria que detectamos, a posteriori los demás.
«Cuando alguien, que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello» lo dice Hermann Hess y no yo.
Feb17
Paco Guillén
Conchi, creo que sí, que lo has entendido bien. Matizo que «lo correcto» no tiene una connotación moral, sino lo que se había establecido que había que hacer en orden a lograr el fin. Por tanto es algo objetivo.
De pasada añado que «lo correcto» en lo moral me parece más objetivo que subjetivo en la mayoría de los casos. Si la moral la hacemos relativa no tendremos manera de sobrevivir.
Y en cuanto a la afirmación de Hess, tengo sentimientos encontrados… Lo veo reflejado en ese «evangelismo» americano actual que me parece falso. Creo que es más complejo. Aunque no hay duda que la intención es lo primero para conseguir el logro.
Gracias Conchi.
Feb17
Conchi
No te lo discuto. Mi error puede estar en ver (y entender) las cosas como las siento y no como son (y se escriben) realmente.
Gracias, Paco por tus notas, breves, llenas de contenido y con posibilidad de «sacarlas punta».
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Medir es imprescindrible para dimensionar los problemas.Un vez obtenidos los resultados, con las sugerencias que indicas, y con objetivos siempre en el punto de mira, contancia y actitud frente a las desviaciones posibles.En realidad, nada nuevo..pero siempre del dicho al hecho hay un buen trecho.Habilidad para dirigir, que tampoco es fácil.
¿Significa, dicho de otro modo, que en cualquier campo sea cual sea, porque todo suele ser extrapolable, es necesaria una declaración de intenciones seguida de una acción. Y dado que toda acción genera una reacción que no siempre es la esperada, debemos ser capaces de reaccionar a tiempo y corregir las posibles desviaciones y redirigir las acciones al objetivo inicial?.
Ser capaz de hacer lo correcto, es un valor subjetivo, y me pregunto qué parte de acierto previsible tiene y que parte corresponde a ese cualidad visionaria que detectamos, a posteriori los demás.
«Cuando alguien, que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello» lo dice Hermann Hess y no yo.
Conchi, creo que sí, que lo has entendido bien. Matizo que «lo correcto» no tiene una connotación moral, sino lo que se había establecido que había que hacer en orden a lograr el fin. Por tanto es algo objetivo.
De pasada añado que «lo correcto» en lo moral me parece más objetivo que subjetivo en la mayoría de los casos. Si la moral la hacemos relativa no tendremos manera de sobrevivir.
Y en cuanto a la afirmación de Hess, tengo sentimientos encontrados… Lo veo reflejado en ese «evangelismo» americano actual que me parece falso. Creo que es más complejo. Aunque no hay duda que la intención es lo primero para conseguir el logro.
Gracias Conchi.
No te lo discuto. Mi error puede estar en ver (y entender) las cosas como las siento y no como son (y se escriben) realmente.
Gracias, Paco por tus notas, breves, llenas de contenido y con posibilidad de «sacarlas punta».