Starbucks y Square

La noticia reciente del acuerdo entre Starbucks y Square puede considerarse una noticia de alcance mundial. La marca Starbucks con 17.244 establecimientos en más de 50 países es bien conocida, mientras que Square se limita sólo a los EEUU y es tanto un pequeño dispositivo que permite leer las tarjetas de crédito desde teléfonos móviles y tablets, como una aplicación de sistema de pago directo.

Square, ha ganado buena parte de su reconocimiento gracias a su co-fundador y Director General, Jack Dorsey, que a la vez dirige Twitter empresa que también co-fundó. Que una cadena de tiendas de consumo incorpore un sistema adicional de pago no debería ser una noticia de ámbito mundial, por lo que es interesante analizar qué otros elementos menos evidentes y de más impacto habría que considerar.

Por una parte está el liderazgo de los protagonistas. Independientemente de los aspectos concretos económicos y de negocio, un acuerdo entre estos dos personajes no puede pasar desapercibido. En mercados económicos marcados por un bajo crecimiento o incluso recesión, con cifras de paro significativas, Howard Schultz (Starbucks) y Jack Dorsey han demostrado su capacidad de liderazgo en el lanzamiento de iniciativas emprendedoras, populares y ligadas a unos valores próximos a las personas.

Ambos directivos han expresado su respaldo a las pequeñas empresas en momentos de difícil acceso al crédito, al reconocer y apoyar activamente su papel en la creación de puestos de trabajo. Howard Schultz ha promovido una campaña de presión en contra de los dos grandes partidos de Estados Unidos, pidiendo a las empresas que no hagan donaciones a las campañas de los candidatos presidenciales mientras no se decidan a trabajar juntos para resolver el problema del desempleo. El acuerdo con Square permitirá que muchos nuevos y pequeños negocios puedan establecerse y operar de manera inmediata sin tener que someterse a las reglas de las tarjetas de pago y las entidades financieras.

El respaldo a Square es también un espaldarazo al cambio de las reglas de juego en el sector de los sistemas de pago. No cabe duda que en unos pocos años pagaremos de manera significativamente distinta de como lo hacemos ahora. Los cambios irán en direcciones obvias: facilitar las transacciones, mejorar la seguridad y reducir los costes.

Para los más interesados en la estrategia, es un paso significativo en la creación de un ecosistema empresarial con una vinculación aún más estrecha de millones de potenciales clientes (Twitter y Starbucks). Es un primer paso para crear una plataforma comercial preferente con un nuevo estándar en el sistema de pago, a la que sin duda se sumarán muchas más empresas.

Desde hace tiempo se observa una notable falta de capacidad de reacción de las empresas más directamente amenazadas por estos cambios sectoriales, las grandes marcas de tarjetas de pago y las entidades financieras. Parecen unos buenos ejemplos de organizaciones en situación de bloqueo como comentábamos los días anteriores.

¿Sabrán hacerlo? ¿Están a tiempo? ¿O han perdido ya toda la confianza de sus clientes y no contarán con ellas en la futura reconfiguración del sector?

 

Otras notas relacionadas:
La situación de bloqueo (2)
La situación de bloqueo