¿Y nosotros porqué no…?

A mi regreso del viaje de esta semana he podido ver la presentación de Apple del día 12 sobre el iPhone y demás productos. No he ocultado en estas notas mi admiración por Apple y mi vinculación con sus productos desde 1984. Pero el interés por ellos se ve incluso superado por el estudio de su estrategia empresarial.

No soy muy aficionado a describir casos de empresas para dar soporte o credibilidad a ideas o conceptos relativos a la gestión empresarial. Es una práctica muy habitual en las publicaciones especializadas de los últimos años. En la mayoría de los casos me parecen artificiales y de poca utilidad por hacer referencia a circunstancias particulares de empresas muchas veces poco conocidas para la mayoría de los lectores.

Prefiero el análisis personal de la observación directa de los comportamientos de las empresas y la reflexión compartida para identificar aquello que nos pueden enseñar. Es lo que hago habitualmente con empresas como Apple o Ryanair lo que me lleva en ocasiones a conclusiones distintas de los lugares comunes que sobre ellas se escriben.

En el caso de Apple y su presentación de esta semana me interesan algunas cosas más que los propios dispositivos. Sin duda me gustaría disponer de la nueva versión (yo todavía estoy en el iPhone 4) pero no me parece lo más crítico. Las revisiones de los especialistas reconocen los avances técnicos pero algunos se muestran insatisfechos. Al parecer esperaban más como resultado de la comparación con características aisladas disponibles en otros dispositivos.

No estoy de acuerdo con esas valoraciones. Creo que se pierden lo fundamental. De lo que me impresiona de Apple mencionaré hoy lo siguiente:

  • Su compromiso continuado con el progreso y la innovación para desarrollar productos y servicios para sus clientes. No conozco otro caso de empresa que al menos dos veces cada año presente unas mejoras consistentes y significativas en sus productos y servicios.
  • Su dedicación para proporcionar un servicio excelente a sus clientes en las tiendas propias. Su manera de hacerlo es objeto de estudio y todos tratan de imitarles. Dos años y medio de trabajo para abrir la tienda de Paseo de Gracia en Barcelona da una idea de su nivel de exigencia y compromiso.
  • Su voluntad de seguir su propio camino sin preocuparse por la competencia. Su fidelidad a su particular manera de hacer le ha ganado una posición de liderazgo en todos los sectores en los que se ha introducido y transformado.

 

Estas tres ideas son muy elementales y pueden señalar el camino a seguir para cualquier empresa. ¿Te apuntas a aplicarlas en la tuya?