Juégatela
Quizás te sientes satisfecho pues sabes que dominas aquello que ahora haces. Sin embargo, ser competente en una determinada tarea o actividad ya no es suficiente. Sólo porque te vaya bien y obtengas resultados no significa que estés jugando el juego que debes.
En el mundo actual producir bien, rápido y barato no es suficiente, ni siquiera útil o interesante. De eso hay sobrada abundancia y son muchos los que lo ofrecen. El valor que seas capaz de generar hoy vendrá determinado por la cantidad de relaciones que hayas desarrollado, por la confianza que seas capaz de generar y por tu capacidad de innovación:
- Tus contactos te reconocerán el liderazgo para seguir tus orientaciones, aunque parezcan atípicas o arriesgadas.
- La confianza que te hayas ganado es lo que hará que te escuchen con atención frente a los demás a los que ignorarán.
- De tu capacidad de innovación esperan productos sorprendentes en vez los aburridos y predecibles de tus antiguos competidores.
Sé osado. Desafía el status quo y abandona lo que ya sabes de sobra. No aguardes a que alguien se fije en ti o te dé su aprobación. No esperes a un momento oportuno, a la ocasión perfecta, que quizás no se presente.
Toma la iniciativa. Sé el primero en intentarlo. Inventa las reglas. Tienes los conocimientos y las oportunidades a tu alcance. Gánate la reputación de generar propuestas singulares, atractivas, insospechadas que es lo que algunos esperan recibir de ti.
Y a los otros ignóralos. No eres para ellos.
«Y a los otros ignóralos. No eres para ellos». ¡Cuanto contenido en tan corta frase! Nos empeñamos en atravesar muros. Muros que por cercanos nos crean dependencia y una falsa seguridad, llegando incluso a hacernos creer que en la dificultad y los viejos hábitos, reside el premio. Esa ceguera mental producida por falsos aduladores o falsos fans de nuestros productos que nunca serán clientes respetuosos, impide ver las múltiples puertas que se abren y cierran con gente al otro lado en espera de nuevas soluciones y según la relación a establecer, quien sabe si algo más.
Cuando estamos satisfechos generamos atracción gracias a la energía que desprendemos por nuestra proactividad que se traslada en nuevas propuestas.
Por todo ello fuera lastre y un deseo: que seamos capaces de mantener el entusiasmo y la entereza. Entusiasmo para seguir y entereza para encajar.