¿A quién le importas?

En las relaciones comerciales, la verdad es que no pareces importarle a mucha gente. Repasa cada una de esas empresas que te proveen de productos o servicios desde primera hora del día: Transportes, supermercados, grandes almacenes, restaurantes, servicios públicos… En todos ellos te atienden como un sujeto anónimo. O lo sumo te incluyen en una base de datos y te tratan, en adelante, como un cliente genérico.

Por eso resulta tan fácil elegir, fuera de cualquier otra consideración, a quien te reconoce y no te olvida.