Igual estás preocupado…

Quizás andas demasiado enredado, apegado a muchas cosas, cargado de deudas y con dificultades para llegar a final de mes.

Igual buscas desesperadamente cambiar e intentas mil cosas que nunca funcionan. Persigues objetivos que deseas te lleven a una vida mejor y no parecen a tu alcance.

La solución pasa por que descubras a estar contento con menos, probablemente que comas menos y de manera más saludable, que leas buenos libros, que dediques tiempo a estar con amigos. Si estás contento contigo, con los que te rodean, con lo que tienes, tendrás menos cosas por las que preocuparte.

Quizás los momentos sean malos, y objetivamente tengas razones para sentirte desgraciado. Pero, como veíamos hace unos días, no son las circunstancias externas sino la disposición interior la determinante de que te sientas seguro, confiado, feliz. No has de esperar a que cambie todo para empezar sentirte contento. Empieza ya:

  • Reconoce las cosas que te rodean y por las que debes estar agradecido.
  • Redescubre las pequeñas cosas que te gustan y te hacen feliz.
  • Acepta a los demás como son, sin esperar que deban mejorar para contentarte.
  • No te compares con nadie. Acéptate como eres y ya irás mejorando, a tu ritmo, en lo que te propongas.
  • Ten amigos. Tu cambio de actitud mejorará la manera de relacionarte.
  • Despréndete de lo superfluo. No acumules posesiones que sólo atraen preocupaciones.
  • Céntrate en las actividades que te ayuden a desarrollarte y descarta el resto que te ocupan el tiempo que quieres disponer para otras cosas que te gustan.
  • Ten un objetivo. No trates de hacer tantas cosas y céntrate en una sola.
  • Busca quién te inspire y encuentra la motivación.
  • Comparte tu propósito con los demás y deja que te ayuden.
  • Empieza con pequeños logros y celebra su consecución.

 

Tanta preocupación por el mañana te lleva a perderte el disfrutar el presente.

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